July 22, 2006

PENUMBRAL



Estas raíces que nacen profundos del otoño.

Es el astro que danza en mi corazón como el fuego.

Es simplemente esta savia de luna que me quema.

Es esta sombra condenada a mis zapatos viejos.

Tengo en mis manos el mineral que mis abuelos

Cortaran de nogales que cruzaron sus venas.

Cuando el viento juega con su ábaco de hojas

descubro en mis dedos el oxido de sus estrellas.

Soy el eco desnudo en esta atalaya de rosales.

Reconozco el crepúsculo que amortaja a Sewell

mi lágrima es cobre en este crisol abandonado,

que rompe en estos surcos que de a poco se secan.

Con la copa que vuelca su vino amargo en mi

los grillos están tejiendo una mortaja de tristezas.

Busco entre las sombras de Sewell que se escoran,

Un fragmento de infancia que se fue por las escaleras.

Mientras tejo en los racimo que arde en la noche

Oigo en mi pecho unos pies descalzos de piedra,

es la muerte que vaga vestida de soledad,

y desata el espacio vacío que me atormenta.

Todo lo que ame siempre en cuatro maderos, duerme.

¡Qué importa esta herida como una rosa abierta¡

¡Cuántas veces he de morir en el silencio de la tarde,

para que mi padre regrese a la casa oliendo a madera¡

Es todo éste rocío que me humedece los huesos.

Madre mía, es tu ausencia que mi poesía lacera.

Siento en mi pecho el peso de estar sin tus brazos

Quiero escuchar otra vez tu corazón, cultivar estrellas.

¡En qué penumbral universo de hojas solloza mi infancia¡

¡En qué estrella amortajada de sal, el olvido se avieja¡

yo solo sé que con esta luna que hiela de harina la noche,

los grillos cantan y lloran junto a este minero y poeta.

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