FRAGMENTOS DE NOCHE Y COBRE
Dadme fragmentos de noches encendidas con nogales y peumos
y os daré raíces que se hundan en el cobre.
Dadme vuestros sueños incontables
o un puñado furioso de corazones,
y os haré hombres para romperlas.
Dadme del viento la ira de sus pumas
y manos que huelan a añañucas campesinas,
y os daré el sudor de esta veta dura.
Dejad que arranque del lucero la luz de su palabra
y os haré para estas obscuridades, lámparas.
Sembrad bajo la luna genital de la sangre
y os daré hijos para estas constelaciones minerales.
Del otoño que enferma de hojas
tomad la tristeza húmeda del álamo
y os haré para estos socavones
el más frágil y obscuro silencio.
Dadme del carbón hermano las lámparas
que se apagaron con el tiempo,
dadme del oro o la plata, del salitre lunar,
el sudor casi santo que crece en los pirquenes,
dadme los grillos que horadan con el filo de su guitarra
el metal, el pan, el agua, la sangre,
la voz, los mismos huesos y la sal
que quiero cavar en el filón puro de la noche,
para encender en su corazón
¡lo que le falta de mineral al cielo¡